Hoy es un día muy especial: mi padre nos hace una visita para disfrutar de unos días a nuestro lado y ver un poco los alrededores y la vida que llevamos por los Pirineos. Para Espi y para mí un verdadero placer tenerle en casa y disfrutar de él cada minuto... Gracias papá.
Aquí, en lo más alto de Jaca. Desde el Rapitán disfrutamos de las vitas del pueblo, de este valle del que estamos enamorados.
El Fuerte del Rapitán fue construido a finales del siglo XIX. Su primera piedra fue puesta en 1884 y estaba fuertemente defendido por 11 cañones fabricados en la fundición de Trubia. En fin, aquí estábamos disfrutando de un día de frío y sol.
Las Tiesas Altas... paraíso de la gastronomía vegetariana con vistas al Aspe...
... y parte del cine español... recordando la película "Que se mueran los feos".
Mi padre alucinó con el interior del lugar y la decoración, porque la verdad es que es un sitio mágico e increíble.
Pasamos también por el bonito pueblo de Santa Cruz de la Serós, una pequeña y pintoresca población en el camino de subida al Monasterio de San Juan de la Peña.
Canfranc Estación. Desde mi punto de vista, la estación más increible de España. Inagurada el 18 de julio de 1928 y catalogada como monumento desde el 6 de marzo de 2002.
Visita obligatoria a Astún, Somport y Candanchú... lugar increíble desde donde yo empiezo muchos de mis entrenamientos de montaña y desde donde las vistas son un regalo de la naturaleza.
Pasamos también por el Valle de Tena, recordando nuestra visita de hace 38 años, cuando vinimos al Balneario unos días. Mi padre disfrutó de los recuerdos de cuando mi hermano y yo éramos niños y él un chaval que subía a las montañas como un sarrio.
¡Ah! y recordamos también la cascada de la que dijo: ¡Mira, ahí sigue, no se ha movido! jajajajaja...
Por cierto, también pasamos el túnel de Somport que tiene una longitud de 8.608 metros, de los cuales 5.759 metros se
encuentran en el lado español y 2.849 metros en el lado francés. Es el
túnel de carretera más largo de España... Mi padre ya puede decir que ha recorrido casi 18 kms de túnel.
Pasado el túnel llegamos a Olorn, un pequeño pueblo francés con olor a chocolate, ya que posee una tiendecica con todos los productos de Lindt a buen precio.
En fin, lo que esperamos Espi y yo, es que mi padre haya pasado unos días felices por aquí y que vuelva pronto, porque nosotros hemos disfrutado de unas rutas y unos momentos inolvidables y mágicos a su lado.
Gracias papá por tu visita, un verdadero placer tenerte en casa y con ganas de repetir... te quiero.
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